ENTREVISTA CON DANIELLE MITTERRAND
LA LEYENDA DE MIDAS
Debemos recordar la leyenda del rey Midas. No podemos acumular continuamente riquezas ilusorias y ficticias como el dinero. El ganar dinero es una producción artificial que da la ilusión que cuanto más dinero tenemos, más rico y más poderoso somos. Hemos llegado al extremo y ahora estamos en el exceso absoluto. Cambiamos todo por dinero : lo que comemos, lo que bebemos … pareciera que todo debe ser convertido en dinero, todo se vuelve una mercancía. Y un buen día, no nos quedará más que el dinero, ninguna otra cosa. Pues malgastamos nuestros recursos vitales para convertirlos en dinero.
La política del futuro que se recomienda es la de alejarse de este pensamiento único. En todo el mundo se sabe que el pensamiento único consiste en: ¡hacer dinero! Este pensamiento único nos lleva a las peores aberraciones.
El único chivo expiatorio es la locura del poder y el afán de conseguirlo, lo cual ha llevado a los hombres a las peores acciones. Vivimos en este sistema, pero un pequeño sonido de campana nos dice: «¡Cuidado, nos estamos comiendo a la gallina de los huevos de oro! «.
DERECHO HUMANO AL AGUA
La Fundación, en sus estatutos, vela por los Derechos Humanos y de los Pueblos. Estaba rodeada de un equipo compuesto principalmente por abogados que denunciaban las violaciones de derechos humanos y los llevaban a juicio. Aquello lo hacíamos con toda nuestra energía.
Luego, al conocer gente en dificultades, constaté que los proyectos en los cuales nos pedían participar estaban relacionados con los problemas del agua, más que en la educación o en la salud. Cada vez más testimonios trataban en forma recurrente sobre la preocupación de ver el agua desaparecer, secarse o ser contaminada. Hasta tal punto que poblaciones enteras vivían solamente de agua contaminada, del cual provienen los problemas de salud que ya conocemos.
Entonces, llegué a la conclusión que había un real problema del agua en el mundo y que la Fundación debería interesarse. Busqué cuáles eran los asuntos urgentes acerca del agua. Era tal vez, ¿que un Estado provea de agua potable?
Me di cuenta que el acceso al agua aun no era un derecho humano. Desde aquel momento pensé que la Fundación debería defender la noción de derecho concerniente al agua y hacer que el acceso al agua sea un derecho universal. Mi Fundación casi estalla en aquel momento. Tenía un equipo de abogados que no estaban de acuerdo con mi filosofía. Pero mantuve firmemente mi idea y cambié totalmente a los integrantes de mi equipo.
Así comenzamos a trabajar en el tema del agua. La historia del agua nos cuenta nuestra propia historia y la de la Tierra. ¿Cómo el agua ha dado forma a todos los relieves ? … ¿Cómo el agua une partes del planeta que se han convertido en territorios, países, patrias ?… ¿Cómo el agua, desde siempre, es indiferente a las fronteras que cruza libremente? Sin embargo, construimos nuestra política en una geografía que el hombre ha inventado…
Algunos países tuvieron la osadía de retener agua, para que su vecino, que a menudo era un enemigo, se quede sin abastecimiento. El uso del agua como una herramienta de poder es totalmente inaceptable cuando sabemos que el agua : ¡es vida! El cuerpo humano esta compuesto por 80% de agua. La humanidad salió del medio acuático para evolucionar en la Tierra.
Continué en mi búsqueda y me encontré con un montón de gente que tiene la misma forma de ver las cosas. Antes de pensar en cualquier política que deba regir el estado natural del agua, es durante los Foros Sociales Mundiales que empezamos a organizar las charlas sobre el agua.
En todas partes del mundo, en la India, en África, cada uno aportó su visión acerca del estatuto del agua. En definitiva, muy sencillamente, compartimos una visión única: el agua, es vida… Sobre la base de este principio, ¿qué propuestas políticas debemos construir para inculcar en nuestros pensamientos y actos que el agua, es vida?
Pues, cuando defendemos el agua, defendemos la vida.
BIENES COMUNES DE LA HUMANIDAD
Al mismo tiempo quisimos saber cuáles son los otros componentes constitutivos de la vida y de los seres vivientes, con el objetivo de hacer una lista de todo aquello que debe ser sacado a la luz y que no sea ocultado por intereses comerciales. En efecto, no podemos comprar la vida, aunque este sistema pretenda hacerlo. Obtener un beneficio por la vida es éticamente inaceptable. El hombre no puede atribuirse la ignominia de comercializar con la vida de su prójimo.
De esta manera, logramos designar los cuatro elementos constitutivos de la vida. A lo cual nosotros añadimos un quinto elemento, el ser humano, porque estamos dotados de inteligencia y podemos hacer el vínculo de interdependencia de estos cuatro elementos. Por lo tanto, debemos ser capaces de imaginar una sociedad basada en el respeto de estos elementos que son, no tan sólo indispensables, sino fundamentales. Sin ellos no podemos existir.
Estos cuatro elementos son : el agua, el aire, la tierra y la luz por el calor / energía.
Actualmente estamos trabajando en estos Bienes Comunes de la Humanidad.
Algunos los califican como nuevos «indicadores de riqueza», pero yo añado personalmente el término «indicadores de riqueza fundamentales.»
Lo importante en este título, no es la palabra indicador sino el hecho de designar las riquezas a respetar. Si admitimos que estos cuatro elementos constitutivos de la vida se deben respetar como la instauración de la vida en la Tierra, tan sólo nos queda organizarnos en torno a este principio.
Los bienes comunes de la humanidad están allí. El mundo entero es conciente de estos derechos. Aunque tal vez nuestro lado racional, cartesiano, nos impida aceptarlo. Creo que hay diferentes niveles de pensamiento.
Tenemos que llegar a aceptar que estos recursos fundamentales son comunes. Y no sólo para la humanidad, sino también para todo ser viviente. La humanidad no puede apropiárselos en detrimento del resto de la vida, ni de nuestra propia vida.
Una vez que aceptemos esto, retomaremos el sentido humano de la organización de la sociedad.
Desde siempre, las comunidades se han organizado en torno a un pozo, a un río. Esta organización es llamada política, es decir, organizar la ciudad. Pero teniendo siempre en cuenta los principios de la propiedad común, los cuales deben ser compartidos y distribuidos equitativamente.
Actualmente, la gestión de los mismos no funciona porque está sujeto a indicadores de riqueza que considero como letales. Estos sirven en el mejor de los casos para hacer un inventario, comparando esto o aquello, pero aquello no es lo más importante. Lo esencial es identificar la riqueza fundamental. Comprender que no son infinitas, ni perduraran por siempre. Conocer cuales son los límites de estos recursos para poder compartirlos y organizar una sociedad de acuerdo con estos límites.
Estos recursos se reponen a un ritmo lento… Cuanto más los agotemos, más lento se repondrán. Hay que mantener el equilibrio. Los países que necesitan explotarlos para acumular dinero no deben dilapidar el futuro de las generaciones venideras.
LA CAMPAÑA DE LOS AGUADORES
Todas las asociaciones que conocimos en el mundo han trabajado duro para llegar a una declaración conjunta. En ese sentido, hemos resaltado tres principios fundamentales que se han convertido en la Carta de los Aguadores.
Hoy en día, necesitamos una política que inspire y que tenga siempre en cuenta la Carta de los Aguadores, sean cuales sean las decisiones. A fin de cuentas, éstas dependen solamente de la forma de gobernar.
Tener siempre presente que el agua es un elemento constitutivo de la vida, que es un bien común para todo ser viviente.
Una vez que este documento comenzó a ser conocido, fue necesario un símbolo para dinamizar el movimiento de los Aguadores.
El diseñador Philippe Starck ha creado un recipiente llamado «hoja de agua » (una botella plana y rectangular que podemos llenar y volver a utilizar a voluntad). A lo cual añadimos el primer principio : «El agua, bien común de la humanidad, no tiene precio.» El agua no es una mercancía.
Este movimiento está dando buenos resultados, gracias al boca-a-boca. Esta «hoja de agua» primero provoca curiosidad y luego invita a la reflexión. Esperamos que esto continúe, nosotros nos esforzamos en ello…
VISITA DEL PROGRAMA «CULTIVANDO AGUA BOA»
Podemos convertir un desastre en una oportunidad. La presa (de Itaipú) fue diseñada principalmente para generar electricidad en Brasil y en Paraguay a cambio de unas monedas y en detrimento de la población local.
La gran idea de Lula es la de haber dado el manejo de la presa a quienes precisamente estaban en desacuerdo con el principio de la presa. Pusieron en práctica otra política en la cual han involucrado a toda la población. El agua ahora es compartida entre todos, es un bien común. Lo mismo pasa con la electricidad y muchas otras cosas…
Este programa puede ser aplicado en todos lados en donde se tiene en cuenta el estatuto natural del agua. Y ser reconstruido porque de acuerdo a cada cultura, las estrategias pueden ser diferentes, pero siempre enfocados con la misma filosofía, el mismo objetivo. Con esta visión, podemos realizar las mejores políticas sociales, las más igualitarias, las más equitativas en todo el mundo.
OTRO PARADIGMA
Cada ciudadano es responsable de su destino, pero también del destino de los demás. Una vez escuché una lección de civismo en una pequeña escuela Mapuche (pueblo indígena de Chile). La profesora decía a sus alumnos : «Cuando vienen al mundo, ustedes son pequeños seres, están solos, pero son indispensables. Porque ustedes son parte de un todo y ese todo que los recibe es también responsable de ustedes. »
Si nos damos cuenta que somos totalmente interdependientes los unos de otros, y a su vez del medio ambiente, la naturaleza, los océanos… entonces concebiremos la vida de otra manera.
Lo que necesitamos hoy en día es salir de aquel concepto que se nos ha impuesto desde hace dos siglos : en el cual sólo podemos ser poderosos si somos ricos y sólo somos ricos si somos competitivos, en vez de ser solidarios…
Si no salimos de esta concepción de la sociedad, siempre nos encaminaremos hacia guerras y luchas de poder. Aunque existe otra forma de abordar nuestro medio ambiente. Que es el admitir que somos parte de él, que dependemos de él, y también él depende de nosotros.
La interdependencia, la diversidad… Y sobre todo el respeto…