Serie FLORES DEL FUTURO :
“DOBRA VODA”
SINOPSIS CORTA
« Dobra Voda » explora una visión complementaria del cambio climático.
El efecto invernadero no es el único responsable : la modificación de la superficie del planeta por las actividades humanas ha alcanzado un punto crítico.
El pequeño ciclo del agua es fundamental para el equilibrio hídrico y térmico de nuestro planeta. Su ruptura, a través de la destrucción de los ecosistemas naturales y las malas prácticas agrícolas y industriales, trae consecuencias tan desastrosas como ignoradas.
Sin embargo es rápido y fácil restaurarlo, a una escala de tiempo y de medios a talla humana… a la scala local como global.
A través del mundo, en Eslovaquia, en País Vasco español, Burkina Faso, Paraguay, Corea, Francia, aquí están soluciones dedicadas al pequeño ciclo del agua… y a la restauración de la stabilidad climatica…
(Dobra Voda : Agua buena, en eslovaco)
SINOPSIS LARGA
El gran ciclo del agua es bien conocido: las nubes de lluvia que vienen del mar
fluyen hacia los continentes y forman la red de ríos que desembocan de nuevo en el mar…
El pequeño ciclo del agua, en cambio, es ignorado o mal comprendido.
Sin embargo, gracias a la evapotranspiración de suelos y plantas,
los continentes proporcionan más de la mitad de sus propios recursos hídricos.
El vapor de agua emitido por las plantas :
– enfría la atmósfera consumiendo energía solar,
– se condensa y cae localmente en forma de precipitaciones suaves y regulares,
– amortigua las diferencias de temperatura y evita los frentes tormentosos…
El vapor de agua en la atmósfera es una formidable manta térmica que absorbe la energía solar y regula su distribución en vastas zonas.
Pero la modificación de la superficie del planeta por las actividades humanas ha llegado a un punto crítico.
La deforestación y el sellado del suelo, el hormigón gris de las ciudades y el hormigón verde de la agricultura intensiva han roto el pequeño ciclo del agua
y su enfriamiento natural.
Las superficies artificiales y degradadas producen enormes cantidades de calor
a una escala desconocida hasta ahora en la historia de la humanidad.
El efecto invernadero, agravado por las actividades humanas, contribuye a almacenar esta producción de calor sin precedentes.
Conocer los distintos orígenes del efecto invernadero industrial también abre perspectivas asombrosas.
Es posible invertir rápidamente la espiral de desertización
en curso en todos los continentes.
Soluciones sencillas y eficaces pueden restaurar localmente
los pequeños ciclos del agua.
A escala mundial, esta restauración ecológica cuestiona
el sistema de sobreproducción y sobreconsumo,
perjudicial para los intereses de las poblaciones y de la biosfera.